El 9 de octubre González Faus presentó su último libro "Otro mundo es posible... desde Jesús", en el Espacio Cultural de La Spezia. En la contratapa leemos:
El resumen de toda la predicación de
Jesús (”el Reinado de Dios está cerca”) puede retraducirse hoy como “otro mundo
es posible desde el Dios que anuncia Jesús”. Según los evangelios, ese anuncio
de Jesús implica, además de la fe, una conversión que debe ser personal y
estructural. Esta segunda quiere alcanzar a todo el mundo, pero afecta sobre
todo a la Iglesia, que debe ser sacramento de ese Reinado de Dios.
El anterior párrafo permite
comprender la estructura de todo el libro. Primero hay que acercarse lo más
posible a los hechos (o al recuerdo y el efecto que dejaron éstos en los
seguidores de Jesús) para intuir lo que Jesús entiende por “Reinado de Dios”.
Los evangelios permiten atisbar muy claramente que Dios no reina cuando los
hombres le dan culto, sino cuando “el hombre vive” (san Ireneo), y vive hasta
la plenitud misma de la vida, que consiste en la plenitud de la comunión de los
hombres entre sí y con Dios.
En segundo lugar, el libro intenta
adivinar lo que debería ser una Iglesia “sacramento de esa comunión”,
contraponiendo la eclesiología del Vaticano II a la de todas las reacciones
contrarias a él, que siguen concibiendo una iglesia como sociedad “perfecta”
porque ha sido dotada por Dios de autoridad y poder para regir el mundo. En las
mismas categorías de la eclesiología del Nuevo Testamento (Pueblo de Dios,
Cuerpo de Cristo y Morada del Espíritu) se percibe la conversión que necesita
hoy una institución que acepte el anuncio de Jesús.
Finalmente, la conversión, además de
estructural, ha de ser sobre todo personal. La tercera parte ofrece algunas
pinceladas sobre la existencia cristiana en un mundo donde, infinidad de veces,
más parece reinar lo que Jesús llamaba “el Príncipe de este mundo” que la
paternidad de Dios anunciada por Jesús: la primacía de las víctimas, la forma
jesuánica de orar, la radicalidad del seguimiento de Jesús o la visión de
nuestra historia desde ese horizonte...
Las tres partes de la obra se
estructuran así en torno a un célebre endecasílabo de Pere Casaldáliga, quien,
después de confesar que vive “al acecho del Reino diferente”, define su
existencia cristiana como la de un “guerrillero del mundo, de la Iglesia y de
mí mismo”.
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